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EL HOMBRE DE SAN LUIS: LOS RESTOS HUMANOS MÁS ANTIGUOS DE BOLIVIA

El 9 de octubre de 1987 el ingeniero geólogo Bethuel Arósqueta y el investigador suizo H.J. Sieber, en una excursión a la localidad de San Luis, realizaron uno de los más importantes descubrimientos arqueológicos en el valle central de Tarija. Desenterraron restos humanos cuya datación con carbono 14 dio como resultado 7.640 años de antigüedad y que luego fueron bautizados con el nombre de “El Hombre de San Luis”.

El 6 de abril de 1990 el Ing. Arósqueta, que en ese año era el director del Museo de Paleontología y Arqueología de Tarija, presentó un informe sobre el descubrimiento y rescate de los restos óseos, documento que se halla en una de las salas de exposición del museo y que a la letra dice los siguiente:

“El 9 de octubre de 1987, salimos de excursión a la vecina localidad de San Luis. Observando un barranco aproximadamente a tres metros de la superficie nos llamó la atención la presencia de un hueso de tamaño mediano. Con mucho cuidado se removieron los sedimentos que estaban cubriendo el hueso, después de avanzar unos 30 centímetros, con sorpresa verificamos que correspondía a un cráneo humano. Luego continuando con la excavación constatamos la presencia de más huesos, en realidad constituye una asociación que corresponde al mismo esqueleto, conseguimos delimitar un volumen de 95x50x35 centímetros, que constituía sedimentos y huesos. La tarea de rescate nos llevó tres días, lo extrajimos en bloque, este fue protegido con cintas de yeso”.

En el informe el Ing. Arósqueta explica otros detalles interesantes en los siguientes términos:

“Poco tiempo después, por intermedio de H.J. Siber establecí contacto con el Dr. Peter Schmitd, antropólogo del Instituto y museo de antropología de la universidad de Zurich, Suiza, quién se brindó para el análisis preliminar del esqueleto. Para tal efecto se envió dos pequeños fragmentos que fueron sometidos a un análisis radiométrico de C14 (Carbono 14). Después de un año, se recibió el informe oficial, que dio como resultado una datación de 7.640 +/- 400 años. El Dr. Schmitd considera que análisis complementarios podrían establecer una datación entre 8.000 a 10.000 años”

Además, el Ing. Arósqueta en el mencionado informe puntualizó lo siguiente:

“El hallazgo reviste singular importancia por cuanto del resultado preliminar con relación a la edad de los restos humanos encontrados en San Luis, Tarija se pueden anotar las siguientes consideraciones: 

1)    La datación preliminar, permite inferir que los restos humanos encontrados corresponden al humano más antiguo que habitó esta latitud en las postrimerías de la existencia de la laguna que ocupaba el valle de Tarija.

2)    La edad determinada del “hombre de San Luis”, ultrapasa en antigüedad a culturas legendarias del viejo y nuevo mundo.

3)    La asociación de huesos rescatados corresponde a un esqueleto casi completo, hecho muy importante por cuanto la mayor parte de los hallazgos de restos humanos, denuncian el rescate de piezas aisladas.

4)    El estudio científico de los restos humanos encontrados en San Luis, ciertamente contribuirá a esclarecer en parte el problema de la aparición del hombre en Latinoamérica”.

Analicemos los puntos señalados por el Ing. Arósqueta: primero la datación preliminar de 7.640 años nos permite inferir que son los restos humanos más antiguos encontrados en Bolivia y que corresponden a un humano que habitó cuando una laguna inundaba el valle de Tarija. En efecto, gracias a trabajos de investigación se pudo establecer que el valle de Tarija en el pasado remoto era una gran llanura aluvial de dimensiones veinte veces más grande que el actual río Guadalquivir. En la parte media, existían grandes pantanos, también existían lagunas sometidas a una fuerte evaporización, similares a aquellas que hoy día se pueden observar en la cuenca de Tajzara.

 Segundo, la edad determinada de 7.640 años para el Hombre de San Luis, sobrepasa en antigüedad a culturas del vejo y nuevo mundo. Por ejemplo, las culturas mesopotámicas como Sumeria, Acadia y Asiria tienen una antigüedad de 3.500 años a.C. La civilización egipcia tiene una antigüedad de unos 3.000 años a.C. En Mesoamérica las culturas Olmeca, Maya y Azteca tienen una antigüedad entre los 2.500 y 1.500 años a.C. En Sud América las culturas más antiguas son las de Caral (5.000 a.C.) y Chavín (3.000 a.C.) en el Perú y las culturas de Wankarani (2,500 a.C.), Tiwanaku (1.580 a.C.) y Chiripa (1.500 a.C.) en el Altiplano de Bolivia.

 Tercero, los huesos encontrados correspondían a un esqueleto casi completo, hecho muy importante como subraya el Ing. Bethuel Arósqueta en su informe, porque generalmente en la mayor parte de los hallazgos de restos humanos, se rescatan piezas aisladas. Al momento de su rescate, el esqueleto estaba bien conservado y no mostraba lesiones ni signos de traumas o rasgos de infección en los elementos poscraneales, que haga suponer que su muerte haya sido violenta, más bien habría tenido una muerte natural.

Cuarto, el estudio científico ciertamente contribuirá a esclarecer la aparición del hombre en América. La teoría mayormente aceptada por la comunidad científica es que el poblamiento del continente americano fue desde Asia a través del estrecho de Bering hace unos 17.000 años atrás. Existe otra teoría menos aceptada que dice que la ocupación de América fue desde la polinesia a través del océano pacifico. El descubrimiento del yacimiento arqueológico de Monte Verde al sur de Chile, con evidencias de asentamientos humanos de 14.500 años de antigüedad avalan esta última hipótesis. El Hombre de San Luis puede desvelar este enigma etnohistórico.

Desde el año 1987 hasta el año 2015 pasaron 28 años sin que los restos del Hombre de San Luis hayan sido estudiados científicamente. En julio de 2016 la Universidad Católica Boliviana (UCB) auspicio la llegada de la antropóloga Deborah Blom de la Universidad de Vermont, EEE.UU. con el fin de estudiar y determinar el ambiente en que vivía, de qué se alimentaba y qué enfermedades padecía el Hombre de San Luis. Han pasado otros 8 años desde aquella visita y hasta la fecha no se ha reportado ningún resultado sobre dicho estudio antropológico.

En enero de 2017 la UCB inició un trabajo de reconstrucción 3D del cráneo del Hombre de San Luis. El trabajo fue encomendado al Ing. John Ordoñez, quién en ese entonces era director de la carrera de Mecatrónica y actualmente es candidato a Doctor en Ingeniería y Computación en la Universidad de Delaware de EE.UU. Él, en comunicación desde el país del norte, nos explicó que no se llegó a ningún resultado debido a que en ese año la universidad no contaba con un equipo más moderno para realizar el escaneo en formato digital, pero que hoy en día sí existe dicha tecnología.

Si la reconstrucción del cráneo en formato 3D arrojaba los resultados esperados, podríamos haber estado ante un hecho sin precedentes: ver el rostro del que quizás es el “tarijeño” más antiguo del que tengamos noticia y saber a ciencia cierta si el Hombre de San Luis era un homo sapiens-sapiens, como todo hace suponer que si lo era. Además de dilucidar una controversia científica sobre la migración humana a Sud América: si fue de Norte a Sur o por el contrario si fue de Sud a Norte.

José M. Capriles, Licenciado en Arqueología (UMSA), Master y Doctor en Antropología de la Universidad de Washington (EE.UU.), en su análisis bio-arqueológico del Hombre de San Luis, escribió lo siguiente: 

1)    El esqueleto se encontraba fuertemente mineralizado, en posición retraída y fuertemente dispuesto al interior de sedimentos arcillosos. Como consecuencia se decidió colectar el esqueleto en un molde de yeso, el cual todavía protege parte del esqueleto.

2)    El esqueleto esta acostado sobre el lado derecho en posición “fetal”, con las dos piernas y los brazos totalmente flexionados. El brazo izquierdo se colocó flexionado detrás de la espalda, mientras el brazo derecho está dispuesto debajo de la cabeza a modo de almohada.

3)    El individuo sería un hombre, aunque con ciertos rasgos gráciles y correspondería a un adulto en un rango de edad entre 35 y 50 años. Se estima una estatura de 1,64 metros con un error de 3 centímetros.

4)    En base a lo observado no hubo lesiones, signos de trauma o rasgos de infección evidentes en los elementos poscraneales. El cráneo estaba extremadamente fragmentado.

5)    En general, el esqueleto está bien conservado, y con la excepción de la condición fragmentaria del maxilar superior, la columna vertebral y la pelvis, la condición de los huesos se encuentra estable, aunque fuertemente mineralizada.

6)    El esqueleto todavía se encuentra sobre el suelo original encima de la chaqueta de yeso utilizada en la recuperación original para la transferencia desde el sitio hasta el museo.


 El hallazgo del Hombre de San Luis es clave para esclarecer muchos de los enigmas etnohistóricos que envuelven a la historia temprana de Tarija.  Ahí radica el gran valor arqueológico de estos restos humanos encontrados en un barranco o cárcava cuya ubicación exacta es aún desconocida. Es muy probable que el sitio o tumba del Hombre de San Luis haya estado en algún lugar entre los barrios San Jorge I, San Jorge II, Torrecillas y San Luis, al final de la pista de aterrizaje del aeropuerto de la ciudad de Tarija.

(Ramiro F. Rodríguez Ibáñez, columnista e investigador)

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Fuente la revista Tarija Economia


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